20 julio
Los nuevos tipos de consumidores, así como sus hábitos de consumo, están logrando que las empresas deban esforzarse cada vez más para que sus mensajes sean reconocidos. La publicidad tradicional es, al parecer de los millenials y las actuales generaciones, cada vez más molesta. Sobresaturados por los cientos de mensajes y marcas que luchan cada día por llegar a sus mentes, necesitan un tipo de comunicación diferente, que huya de los intrusismos y las afirmaciones vagas. Es aquí donde aparecen los influencers.
Estos líderes de opinión aprovechan su posicionamiento en las redes sociales y su buena (o incluso en ocasiones su mala) reputación para promocionar y vender marcas y productos. Pero, ¿por qué funciona mejor que la publicidad tradicional? La diferencia entre ambos tipos de promoción reside en el tipo de aportación que realizan a la empresa. Mientras que la publicidad genera visibilidad y consigue notoriedad, los influencers dan credibilidad, un valor esencial para los nuevos consumidores.
Así de claro lo tienen incluso las empresas más grandes, que están dedicando importantes recursos en este marketing de contenidos, abanderado por la contratación de influencers. Marcas como Fanta están apostando fuertemente por sincronizar sus valores con los de líderes de opinión como ElRubius, uno de los youtubers más famosos del país, que acumula en sus redes sociales más de 20 millones de seguidores.
Y no solo las marcas de consumo están sabiendo aprovechar el tirón que estas personas tienen en redes sociales. Experiencias, servicios o incluso destinos turísticos están siendo promocionados por los influencers en Facebook, Twitter, Instagram y Youtube. Así, de una manera sutil y sin intrusión, consiguen que el mensaje sea captado de una manera mucho más eficaz.
Pero, ¿por qué el público acoge mejor estos mensajes? Hay que tener en cuenta primeramente que a través de los influencers se puede lograr una segmentación muy clara del cliente potencial. Por otro lado, los seguidores de dicho líder de opinión ya tienen generada una confianza en él, por lo que suelen creer en lo que dice. Por último, como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras, por lo que, gracias a la aportación que el vídeo pueden lograr para la marca, el seguidor puede ponerse en el lugar del influencer y vivir en primera persona los beneficios y las aportaciones del producto o servicio.
Todo ello lo saben empresas como Aqualandia y Mundomar, que en su última campaña, realizada por Blau Comunicación, nos muestran de primera mano con marketing de contenidos y vídeos totalmente experienciales lo que siente al disfrutar de las atracciones y los espectáculos de ambos parques. Todo un ejemplo de cómo saber utilizar los recursos que los influencers generan.